Desde Asia con amor (parte I)

No tengo palabras para contar todo lo que estoy viviendo aquí. Asçbsolutamente todo es fascinante. Y todo ocurre muy rápido. Tan pronto uno se encuentra debajo de una cascada en mitad de la jungla disfrutando del agua cayendo sobre la espalda, en plan spa, y con una vista impresionante de la jungla sumida en mitad de una lluvia tropical, como se está tomando un zumo de frutas recién exprimido en una playa paradisiaca contemplando una impresionante puesta de Sol.

No todo son experiencias místicas, aunque los tres pedazo ¨tiger prawn¨(langostitas pequeñotas o langostinos gigantes, según lo que se prefiera) que nos acabamos de zampar Natalia y yo para cenar hace un ratito casi me hacen alcanzar el nirvana. Y eso por no hablar de las experiencias con nuestro Proton Wira, el coche que hemos alquilado para recorrer la isla. Como todo buen país ex-miembro de la common wealth los ingleses extendieron por aquí algunas de sus costumbres más estúpidas como conducir por el lado equivocado. Más de una vez Natalia ha tenido que gritarme por estar conduciendo por la derecha en lugar de por la izquierda.

Mañana más, que ahora es la hora de tomarse unos cocktails a la orilla del mar y luego tal vez unas cervecitas en el reggae club con un poco de música en directo.

Nacho, desde una pequeña isla en mitad del oceano Índico

PS. Saludos a mi maleta, estés dónde éstes. Si las últimas noticias se confirman y sigues en Sidney al menos manda una postal.

PS2. Saludos a los hijos de puta de KLM, especialmente a la zorra del Transfer Desk que me atendió, por perder mi maleta y enviarla a Sidney. A ver si nos aprendemos bien los códigos internacionales de los aeropuertos, que Sidney y Singapore se parecen pero no son lo mismo.